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NECESITAMOS LÍDERES NO JEFES


La autoridad estará en crisis cuando quien manda se contente con ser un administrador (jefe), sin decidirse a convertirse en líder.

Lo que necesita una acción o cualquier grupo, grande o pequeño, es tener al frente, no a un oportunista arrogante, sino a un servidor sincero.

¿Que diferencias existen entre el jefe y el líder?

Para el jefe, la autoridad es un privilegio de mando; para el líder, un privilegio de servicio. El jefe ordena: "Aquí mando yo"; el líder dice: "aquí sirvo yo"; el jefe empuja al grupo y el líder va al frente, comprometiendo con sus acciones.

El jefe existe por la buena voluntad. El jefe cree que es suficiente una investidura de mando conferida desde fuera para conformar a su gusto el pequeño planeta sobre el que impera. El líder no necesita exhibir ante sus súbditos credenciales de legitima autoridad; su empeño generoso su dinamismo mágico y su actitud de entrega son las mejores cartas con que los seguidores se enteran de que tienen una autoridad que no necesita imponerse por argumentos externos, sino por ejemplos entrañables. La autoridad del jefe impone; la autoridad del líder subyuga y enamora.

El jefe inspira miedo, se le teme, se le da vuelta; se le sonríe de frente y se le critica de espaldas; tal vez se le odia en secreto. El líder inspira confianza, inyecta entusiasmo envuelve a los demás en aires de espontánea simpatía, da poder a su gente; cuando él está presente fortalece el grupo. Si temes a tu superior, es que tu superior es un jefe; si lo amas, es un líder.

El jefe busca el culpable cuando hay un error. El que la hace, la paga. Sanciona, castiga, reprende, en apariencia pone las cosas en su lugar, cree haber arreglado el mundo con un grito y con una infracción, pero ha cortado la rama torcida. El líder jamás apaga la llama que aún tiembla, jamás corta el tallo que aún verdece; corrige, pero comprende: castiga, pero enseña; sabe esperar. Por eso no busca las fallas por el placer sádico de dejar caer el peso de la autoridad sobre el culpable, sino que arregla las fallas y de paso rehabilita al caído

El jefe asigna los deberes, ordena a cada súbdito lo que tiene que hacer: "a ti te tocó esta parcela de la izquierda, a ti, ésta de la derecha; ahora trabajar y a cumplir cada cual con lo suyo, mientras contemplo desde mi sillón cómo ustedes se movilizan y ... ¡ay del incumplido!", El líder da el ejemplo, trabaja con los demás, y como los demás, es congruente con su pensar, decir y hacer; su deber es el propio de todos, va al frente marcando el paso.

El jefe hace del trabajo una carga; el líder, un privilegiado. Los que tienen un líder, pueden cansarse del trabajo, pero jamás se fastidian, porque el magnetismo del líder abre ventanas a los ideales que delatan la alegría de vivir y de trabajar.

El jefe sabe cómo se hacen las cosas, el líder enseña cómo deben hacerse.

Uno se guarda el secreto del éxito; el otro lo enseña, capacita permanentemente para que su gente pueda hacer las cosas con autonomía y eficacia. Uno no se toma la molestia de señalar caminos; el otro vive poniendo flechas indicadoras para lograr el éxito.

El jefe maneja a la gente; el líder la prepara. El jefe masifica a las personas, las convierte en número y en fichas, deshumaniza súbdito por súbdito hasta quedarse con un rebaño sin rostro ni iniciativa. El líder conoce a cada uno de sus colaboradores, los trata como personas, no los usa como cosas. Sabe que la comunidad no es una masa amorfa ni una colección de individuos en serie, respeta la personalidad. Se apoya en el hombre concreto, lo dinamiza y lo impulsa constantemente.

El jefe dice vaya; el líder dice vayamos; líder es aquel que promueve al grupo a través del trabajo en equipo, suscita una adhesión inteligente, reparte responsabilidades forma a otros líderes, parte de los hechos y de la vida del grupo para llegar a los principios, consigue un compromiso real de todos los miembros, formula un plan de trabajo con objetivos claros y concretos, motiva permanentemente para que su gente quiera hacer las cosas, supervisa la tarea de todos y difunde siempre una mística, un ideal profundo una esperanza viva, una alegría contagiosa.

El jefe llega a tiempo; el líder llega adelantado. Este es el santo y seña del verdadero líder. "Un pie adelante del grupo, una mirada más allá de los seguidores". El que ve más que los otros es un líder, el que profetiza y vaticina, el que inspira y señala con un brazo en alto, el que no se contenta con lo posible, sino con lo imposible.

Hace de la gente ordinaria, gente extraordinaria; la compromete con una misión y la amalgama en la fe de realizar un sueño que le permita la trascendencia y la realización; le da significado a la vida de sus seguidores, un por qué vivir, es un arquitecto humano.

Ahora Tu decide si quieres seguir siendo el jefe o te esfuerzas por convertirte en un líder. El camino para conseguirlo es largo y tortuoso, pero el mundo de satisfacciones que obtendrás ¡Bien vale la pena!.


El Lider y La Conducta del Grupo


Si una persona controla los medios necesarios para la satisfacción de las necesidades de los demás. Tiene poder sobre ellos.

La mayor parte de la vida de la gente se desenvuelve en pequeños grupos tales como la familia, amistades, vecinos, negocios y compañeros de trabajo. En los que la interacción tiene lugar cara a cara. En forma íntima y personal. A causa de los fuertes lazos sentimentales y afectivos que se desarrollan en cada grupo se forman en ellos los hábitos y valores individuales que proveen de identidad común a los integrantes del grupo.

Los individuos dependen unos de otros para satisfacer la mayoría de sus necesidades y, correlativamente, el grupo facilita a sus miembros la consecución de una gran cantidad de metas. La comida, el abrigo, la satisfacción sexual y la protección contra las amenazas exteriores se obtienen normalmente dentro de él. La comunidad de intereses, valores y actitudes constituyen aspectos importantes de la atracción a cualquier grupo, pues los miembros se reúnen para expresar sus ideas ante los demás y obtener su confirmación o aceptación.

También los grupos permiten a la mayoría de sus miembros la satisfacción de necesidades sociales tales como afiliación, amistad, aprobación y reconocimiento y para algunos miembros, la satisfacción de necesidades de poder y liderazgo.

El individuo necesita pertenecer al grupo puesto que éste es el que determina en gran medida los sentimientos de orgullo, prestigio y valor personal. De la participación y aceptación en un grupo que va más allá de uno mismo, se deriva un sentido de pertenencia. De hecho, el grupo puede llegar a constituir una parte importante del sentido personal del individuo, una extensión de sí mismo. El éxito y el reconocimiento del grupo producen orgullo y satisfacción en los miembros.

La estructura cultural de grupo es el nombre del patrón relativamente estable de relaciones entre sus miembros. Dentro de las estructuras de grupos conocidas quizá las más significativas para su funcionamiento sean la sociométrica, la de poder, la de comunicación y la de representación.

El patrón de gustos y de disgustos entre los miembros de un grupo constituye la estructura de amistad o estructura sociométrica.

Aunque la amistad es en sí misma un fenómeno interesante, es importante dentro del grupo como factor relativo a la productividad y a la circulación de la información. Por una parte, la amistad íntima entre los miembros puede llevar a la pérdida de tiempo en conversaciones y otras actividades sin relación directa a la tarea del grupo. Por otra, la amistad intima facilita la comunicación y la total expresión de sí mismo entre los miembros. Los grupos amistosos, en los que existe cohesión, tienden a ser más productivos y eficientes.

La estructura de poder es la distribución de la autoridad y de la influencia dentro del grupo. Si una persona controla los medios necesarios para la satisfacción de las necesidades de los demás, tiene poder sobre ellos. Una de las más importantes bases de la influencia en los grupos es la capacidad de recompensar, o de reforzar. Otras fuentes de poder incluyen la fuerza del experto cuya influencia se deriva de los conocimientos y habilidades de la persona, y el poder de referencia que se da cuando la imitan otros miembros del grupo. El poder es importante porque determina el Status de un miembro, su fuerza estimada y su prestigio. La persona situada en una posición de mucho poder en el grupo disfruta de múltiples ventajas. Está más comprometida en la tarea grupal, determina en mayor grado que los demás, la calidad de la realización del grupo y recibe una mayor parte de las recompensas sociales.

No es sorprendente que los individuos que tienen mucho poder en el grupo estén más satisfechos, no sólo a causa de la información, respeto y atracción que conlleva su puesto, sino también porque el uso del poder satisface por sí mismo. (Watson y Bromberg, 1965).

El Status del individuo en su grupo se refleja en sus sentimientos de autoestima. El ser admirado y consultado por otros del grupo lo hace sentirse más fuerte e importante.

La estructura de comunicación se refiere a la red de canales de comunicación entre los miembros del grupo. El número, capacidad y distribución de estos canales afectan el funcionamiento del grupo, especialmente en la solución de problemas, en la distribución de la información y en el desarrollo de las vías organizadas de trabajo. Los grupos difieren en el grado en que los miembros tienen libertad para comunicarse los unos con los otros. Estas diferencias tienen una incidencia en la eficiencia de las actividades grupales y en el grado de satisfacción que los miembros obtienen de el.

Así pues, el trabajo eficiente del grupo y la satisfacción de sus miembros no siempre van juntos, en función de la eficiencia puede ser que tenga que sacrificarse la satisfacción.

La imposición de algunas formas de estructura de comunicación en determinada agrupación aumenta su cálida, formal y organizada forma de interrelacionarse y sus probabilidades de ser eficiente.

La estructura de los roles o de trabajo es el patrón de tareas y responsabilidades de los miembros en el grupo: es la división de labores o la distribución de roles. La especialización se da porque la solución de los problemas comunes implica una diferenciación colaboradora de las funciones dentro del grupo.

El rol de los líderes de tarea consiste especialmente en la sugestión de ideas y en el inicio de las motivaciones que conducirán a la solución del problema. El especialista socio-emocional se conduce como una especie de armonizador que mantiene la moral del grupo e impide que los disgustos y agresiones lo disloquen. Ordinariamente estos roles son llevados a cabo por varias personas, en parte a causa de que un individuo que tiene cualidades para exhortar y presionar a otros miembros. no tiene siempre las cualidades para tranquilizar y consolar. Los dos roles no siempre son compatibles: las actitudes con respecto a las personas que ocupan estos roles variarán. El especialista socio-emocional será mas popular que el líder de tarea.

A cada estructura cultural de grupo corresponde un proceso. El de amistad tiene que ver con las modalidades según las cuales los miembros se aceptan y se rechazan unos a otros para mantener la cohesión y la solidaridad del grupo.

En uno recién formado, el proceso de amistad es el que preside al desarrollo de las amistades. Los cambios en el proceso pueden representarse mediante las diferentes estructuras sociométricas que existen en distintos períodos del desarrollo .El proceso del poder es también el de influencia social a través del cual los grupos toman decisiones, fijan objetivos, establecen la conformidad a las normas y recompensas y castigan el quebrantamiento de estas normas. El proceso de comunicación se refiere a las vías en las que la información. los mensajes y los significados se transmiten entre los miembros.

Finalmente, el proceso de rol tiene que ver con los cambios en la adjudicación de las tareas y responsabilidades a los miembros del grupo

La necesidad de un liderazgo firme en grupos bien establecidos se da en relación con el desarrollo estable de las estructuras sociométricas, de poder, de comunicación y de rol, lo cual es importante para decidir entre lo que puede llamarse la teoría del "gran hombre" y teoría "situacional" del liderazgo. La teoría del gran hombre sostiene que el liderazgo es básicamente una cualidad inherente a la persona. La teoría situacional sostiene que el liderazgo es una función de las necesidades de una situación particular. A medida que cambian las necesidades del grupo, lo hombres que mejor pueden servir a las nuevas necesidades son promovidos como líderes.

No es posible todavía predecir con exactitud, a partir del conocimiento de los rasgos de una persona, si llegará a ser líder de grupo o no, y hay pruebas de que un cambio en las necesidades del grupo se acompaña frecuentemente de la emergencia de un nuevo líder que pude enfrentarse mejor a dichas necesidades. No obstante, está comprobado que un conjunto de características personales tales como seguridad, responsabilidad y capacidad intelectual. están asociadas con la tendencia a emerger como líder.

Una pregunta muy relacionada con lo anterior es ¿sigue el grupo al líder o lo modela? La mejor respuesta es probablemente que la conducta del grupo es parcialmente una función del carácter de su líder, y que el estilo del líder es, en parte una función de la naturaleza del grupo.

Esencialmente el líder se hace de un cúmulo de "créditos de idiosincrasia". una balanza favorable de impresiones y de buenas acciones, mostrando competencia y conformándose a las expectaciones del grupo. Las fluctuaciones en las necesidades y en la naturaleza del grupo están asociadas con la caída de viejos líderes y el surgimiento de otros nuevos. A medida que el nuevo líder gana la confianza y establece sus bases de liderazgo puede introducir nuevas ideas y costumbres en la vida del grupo.

El grupo impone un control de sus miembros para regular la serie de conductas. actitudes y relaciones permitidas. y para asegurar la continuidad del grupo.

Al llegar a formar parte de un grupo valorizado, el individuo va a tener una tendencia a cambiar sus modos de actuar. de pensar o de sentir en la dirección señalada por las normas de grupo. Tres factores responsables de este cambio son la frecuencia de interacción: las dudas acerca da la conducta apropiada, y la presión ejercida por los demás. Un miembro de grupo tiene que renunciar a una parte de su individualidad si quiere que el grupo se mantenga y actúe en forma coordenada en la consecución de sus fines.

Las normas de grupo se inculcan mediante una variedad de presiones formales e informales transmitidas a través de la comunicación entre los miembros y la congruencia de sus líderes.

La persona responde selectivamente a los grupos. No todos los grupos a los que pertenecen afectan su conducta; inversamente, algunos grupos a los que no pertenece ejercen una influencia en su conducta. Estos grupos con los que un individuo se identifica y que ejercen influencia en su conducta, independientemente de que sea o no miembro de ellos, se llaman grupos de referencia, los cuales cumplen dos funciones para el individuo: actúan como un estándar de comparación y como una fuente de normas.

Finalmente, el grupo de referencia, en su función de comparación puede representar un elemento dinámico en la jerarquía de status, un estándar que la persona trata de alcanzar y sobrepasar si es posible. Por ejemplo el status norteamericano o la productividad japonesa.

La referencia al grupo es su función comparativa sirve pues como una cinta métrica para la autoevaluación y como un estándar que fija objetivos y aspiraciones.

La segunda característica importante de los grupos de referencia es su función normativa. Los grupos son la fuente de los valores y perspectivas del individuo, no sólo porque tiene el poder de premiar y castigar a los miembros, sino también porque aquellos que no son miembros y aspiran a pertenecer a él siguen sus normas de conducta y sus creencias. Dichos grupos se llaman también de identificación, dado que su función normativa como formadores de valores depende del grado en el que el individuo se identifica con ellos.

Líder y grupo integran el binomio base para que dentro y fuera de cualquier asociación humana se obtengan y satisfagan las necesidades que requiere el individuo para vivir en plenitud: necesidades del cuerpo y necesidades del espíritu.



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